Sobre la construcción mental de la realidad (y sexualidad) 3/8

Quiero advertir que a medida que avance este hilo pasaremos de la biología a la psicología, de la psicología a las neurociencias, de las neurociencias a la filosofía y finalmente a la metafísica pura y dura, incluso rayando con ciertos conceptos de espiritualidad. Debido a que confirma algunos preceptos de la filosofía oriental, que he estado investigando. Me esforzaré en que mi visión sea lo más objetiva y amoral posible porque la realidad es así.

Primero empezaré con el tema de los instintos. En verdad no hay “instintos” tal como se creen, al menos no en seres humanos, de los animales no puedo dar fe porque ellos no poseen una conciencia como la nuestra. Sin embargo, cuando me refiero a instintos me refiero a patrones relacionados con el sexo, la violencia y la muerte, que se consideran como instintos de supervivencia por la mayoría de la población. Serían en todo caso “pseudoinstintos de facto”, que consisten, más bien, en un sentimiento común en el inconsciente colectivo.

Quiero recomendarte que leas otro hilo anterior de este foro con opiniones de otros asexuales muy interesantes. Es el siguiente y presta especial atención al aporte de Okami. Simplemente brillante:


Había otro hecho que me intrigaba bastante y que últimamente creo que puedo comprender, no emotivamente pero sí desde una perspectiva analítica. Me refiero a cómo es posible que a la gente le llame tanta la atención el sexo como para que hagan el esfuerzo de buscarlo, aun siendo vírgenes.

Llegué a pensar que la atracción o el deseo sexual al ser calificados como instintivos debían ser una especie de reflejos “innatos” y daba por hecho que eran de la misma naturaleza que el reflejo que uno tiene cuando por accidente se quema la mano y la retira.

En el foro en inglés opiné como Nila24 y OrangesAndLemons me contestó:


En el sexto grado, el plan de estudios australiano requiere que uno tenga una materia de salud sexual cada año hasta los últimos años (grado 11 y 12), donde uno puede elegir sus propios temas. De todos modos, recuerdo que los varones y las mujeres fuimos separados para nuestra primera clase de educación sexual, e hice una pregunta que todavía encuentro relevante: ¿Por qué una persona sabría que es requerida para tener sexo con el propósito de la reproducción, si antes no sabía que el sexo existía? El instinto no fue, y sigue sin ser, una respuesta que me satisfaga. Mira, ¿cómo podrías llevar a cabo un acto tan complejo (más que una reacción al calor excesivo en tu piel) sin esfuerzo consciente, y si era una decisión consciente: ¿Por qué pensarías en tener sexo para empezar? Fue en séptimo grado cuando me enteré de que las personas tenían relaciones sexuales por placer. Me quedé totalmente sorprendido. 


Lo que ella indica también fue una cuestión que se me cruzó un par de veces por la cabeza cuando tenía más o menos la misma edad (12/13 años) y que después pasé por alto. Luego de pensarlo le respondí con una deducción:


Tal vez la respuesta es: porque a todo el mundo parece gustarle el sexo y todo el mundo parece interesado en el sexo. Tal vez si nadie mostrara interés, a nadie le importaría. Es porque somos seres sociales, supongo. ¡Comportamiento gregario!

Comportamiento gregario

El comportamiento gregario describe cómo los individuos de un grupo determinado pueden actuar juntos sin una dirección planificada.

Somos como un cardumen de peces en el océano, como una manada de cebras en el África o como una bandada de pájaros en la playa, siempre buscamos sobrevivir y la mejor manera de hacerlo es en manada. Cuando estamos en grupo nos fortalecemos, nos volvemos unidad, y resistimos más, somos por naturaleza socialmente instintivos, si estamos en peligro nuestra herencia reptil aflora, no pensamos mucho, sentimos bastante y actuamos rápidamente.

Los seres humanos apelamos a la conducta gregaria de manera natural porque nos da la sensación de protección y pertenencia. Hoy en día buscamos sobrevivir socialmente, ya no somos presas de grandes depredadores, queremos huir y protegernos del juicio, de la exposición y el señalamiento, queremos ser parte de algo, de un grupo, de una entidad, de cualquier cosa que nos represente, que nos incluya y haga sentirnos tranquilos muchas veces sin dirección planificada. Nos gobiernan las emociones, siendo estas las que determinan muchos de nuestros actos, nos volvemos predeciblemente irracionales buscando reducir el peligro para sí mismos y cayendo fácilmente en sesgos cognitivos.
Conducta gregaria es la tendencia que tiene la máquina humana de mezclarse con las otras sin distinción ni control de especie alguna. Veamos lo que se hace cuando se está en grupo o entre una multitud.

Estoy seguro de que bien pocas personas se atreverían a salir a la calle y lanzar piedras contra alguien. Sin embargo, en grupo lo hacen. Alguien puede infiltrarse en una manifestación pública y exaltarse por causa del entusiasmo. Terminará lanzando piedras junto con la multitud, aunque después se pregunte por qué lo hizo.

En mi caso, yo no estaría lanzando piedras de ningún modo. A mí las multitudes me asustan o me desconciertan y siempre preferiré mantenerme al margen.

No todos los asexuales somos iguales, pero en mi caso personal se confabulan diversas tendencias que influyen en la decisión de mi inconsciente de no comprarse una sexualidad. Pueden existir, por otra parte, personas que posean mis mismas tendencias y que, sin embargo, se configuraron como alosexuales o personas que no posean ninguna de mis tendencias y sean asexuales. No hay determinantes absolutos de la personalidad ni para la sexualidad ni para la asexualidad.

El comportamiento gregario no solo trata de la imitación de determinado comportamiento, sino también con “contagiarse” de la emoción de la masa. Algo que a mí no me sucede, a menos que la masa sea un grupo de amigos íntimos, qué sepa qué causa tienen los otros: ¿por qué nos estamos alegrando? ¿por qué estamos tristes? y que considere que el motivo vale la pena.

Todo este proceso lo realizo de un modo espontáneo, solo que acabo de analizar ahora mismo esta actitud mía. Y quizás pueda ser que muchas veces mientras veo una película con mis amigos, esté tan concentrada que no me fije en mi entorno, que solo llore porque la película me ha parecido conmovedora y solo coincida con la reacción de los otros por causalidad.

El hecho es que no me contagio de la emoción así nada más. Las grandes masas de personas desconocidas no me contagian sus emociones. No activo las neuronas espejo. No es nada raro para mí, ya que mi psique siempre ha sido introvertida.

Cuando estoy en entornos donde todo se comienza a descontrolar: en multitudes que se ponen eufóricas o aterradas (la última vez estuve presente durante un desalojo de ambulantes y todos comenzaron a correr y a gritar desesperados) me suelo quedar en estado de desconcierto. Les observo y me pregunto: “Pero, ¿qué les pasa?”. El estar en ese estado estático también me hace incapaz de reaccionar racionalmente. Si ellos actúan por “impulso” al menos reaccionan, pero yo tardo un poco más.

Tengo ventajas: por mi personalidad y mi modo consciente de establecer empatía, en lugar de espontanea al primer instante, soy bastante resistente a la psicosis colectiva. Pero me he dado cuenta que hasta eso podría traer sus desventajas.

Si hay una amenaza real: la expansión de un incendio puede ser bastante útil salir corriendo en estado de pánico aunque se muera en el intento aplastado por la multitud, pero si es una amenaza imaginaria es completamente catastrófico. Es que en ese momento la gente no se detiene a sospesar si la amenaza es real o imaginaria.

Si ni siquiera me impresionara ni me causara conmoción la reacción de los demás, si fuera absolutamente indiferente de ellos, entonces podría evaluar todo, mantener la calma y tomar la mejor decisión. Así que mi ideal ahora será no dejarme impresionar por las actitudes de los otros en tales circunstancias. Lo mejor es no activar las neuronas espejo de todos modos. Aunque luego se juzgue esta actitud como psicópata.

Comentarios

  1. Me parece muy interesante como tratas el tema de la asexualidad y profundizas sobre el porqué de la sexualidad, yo también soy asexual y muchas veces no soy capaz de entender el impulso de los alosexuales. Siempre me he sentido distinta en ese aspecto y también en otros, quizás sea por esa energía sexual que desprenden o ese sentimiento de tener hambre y querer comer inmediatamente. También poseo una mente bastante analítica, por lo que hasta a veces tiendo a sobre analizar mis propias emociones

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